Spanische Übersetzung


Traducción del "Rosa's Tagebuch 1: La mudanza"

(página 1)

Queridos niños:

Con la limpieza de nuestro ático, hemos hecho un gran descubrimiento. ¡En un polvoriento cofre, encontré el diario de mi bisabuela!

Se llamaba Rosa (bueno, realmente, Rosalinda). En el momento que lo escribió, era una niña.

En el cofre, todavía había muchas otras viejas cosas: extraños artilugios, un gramófono y muchas fotografías amarillentas por el tiempo. Lo hice todo yo sola. Desde entonces, trato de imaginar cómo sería volver allí. Imagino las aventuras de Rosa - y juego a Playmobil con las figuras, los muebles y la casa - como aparecen en esas viejas fotos.

Te recuerdo, Rosa. Y a Peter, tu mejor amigo, que incluso te salvó una vez la vida… pero, ahora, te escucharemos a ti.

(página 2)

13 de Septiembre de 1903:

Desde que te empecé, querido diario, ¡cuántas cosas han ocurrido en estos pocos días! Porque, como sabes, ¡nos hemos mudado! Es una nueva mansión. ¡Y luego está Peter! Sólo nos hemos visto unas pocas veces y ya se ha convertido en mi mejor amigo. Él ha salvado mi vida. Pero comencemos por el principio…

Durante toda la noche, no pude dormir; estaba muy excitada. Mademoiselle Charlotte, mi institutriz, quería cuidarme; yo estaba arropada en la cama. Ella me estrujó en sus brazos y me habló en francés. No entendí una palabra.

Es mi niñera y me enseña francés y a “cómo comportarme”. A veces, me comporto como un cavernícola. ¡Institutrices! Phh.

(página 3)

Acabo de recordar lo que ocurrió en la cocina, donde Elsa ya me había dado una taza de chocolate y un sándwich de mermelada. Elsa es nuestra cocinera. Ella se puso furiosa. Los de la mudanza, que habían venido a por la cocina, acababan de utilizar su agua caliente del té, vertiéndola en la caldera para apagar el fuego. Un charco de agua negra estaba extendido por todo el suelo.

"Perdone, señora", dijo uno de ellos, "¡tenemos el encargo de llevarnos todo esto ahora!" Elsa quedó sin aliento, "¿y la tetera?" -exclamó, "¿cómo debo servir a la señora y al señor Concejal el desayuno ahora?" Esto continuó durante todo el día. Había mucha emoción y lío por todas partes.

(página 4)

La señora y el Sr. Concejal, son mis padres. Antes que les llamaba mamá y papá. Ahora, por la promoción de mi papá, tengo que decir señora mamá y señor papá, y por si fuera poco, todo lo que tengo que decirles tiene que ser de "usted". "Sr. papá, ¿puedo preguntarle una cosa? Señora mamá, ¿me lee un cuento para dormir?" y así sucesivamente. Es terriblemente formal. Mamá dice que se lo debemos a nuestra nueva posición.

Sólo con Elsa, la cocinera, todavía se puede hablar normal. De todos modos quisiera saber de una vez lo que es un concejal. Elsa tampoco no lo sabe. Ella dice que es un "pez gordo". Para mí es mi papá y basta.

(página 5)

Delante de la casa había una gran agitación. Nuestros hermosos muebles del salón estaban en un grande, verde, silbante y humeante coche a motor, en medio de una multitud que se había formado.

Una señora mayor agitaba nerviosa una sombrilla en el aire. Mi padre, de frac y sombrero de copa, trató de calmarla.

"Pero, señora, se lo aseguro, este camión ultra-moderno es completamente seguro. ¿Por qué tanto miedo? Es sólo un motor. Imagine, ¡cuenta con diez caballos de fuerza!" "¿Diez caballos? Usted es un descarado. ¡Usted es un salvaje!" Su voz se quebró de la emoción. Ella, obviamente, pensaba que los caballos estaban encerrados en el motor.

(página 6)

La gente se echó a reír. La anciana probablemente nunca había visto un automóvil. Ella se calmó sólo cuando el conductor apagó el motor y el humo se disipó. Entonces, los niños se aventuraron a salir de detrás de la cartelera de publicidad. "La tecnología es excelente," dijo mi padre. "¡Son el futuro!"

(página 7)

Mis padres y yo conocemos, por supuesto, los coches que ya habíamos visto en nuestras visitas a la ciudad. Ya existen varios tipos de ellos. Increíblemente, mi padre, sin embargo, prefiere seguir viajando en un carruaje. Yo también. Tengo dos caballos reales en vez de diez caballos de fuerza. Pero casi mi amor por los caballos me trae la ruina. Y eso sucedió así:

(página 8)

Estábamos yendo en carruaje a nuestra nueva casa, porque mi padre no pudo resistir la tentación de  "presentárnosla" él mismo, como él decía. Dios mío, qué emocionada estaba. Yo nunca la había visto. La impaciencia hizo que botase todo el tiempo sobre el cojín. De repente, el cochero paró. "¿Ésta?", le pregunté. Papá asintió con la cabeza.

Me quedé sin palabras. Al principio pensé que era un castillo. Tan grande me parecía, de todos modos. ¡Incluso tiene dos balcones! "Qué elegante; maravillosa", dijo mi madre. "Yo no lo veo suficiente, Cherie." Salté de emoción en la calle y me abracé al cuello de mi familia.

(página 10)

Entonces me di cuenta de que había un niño. Llevaba un traje de marinero azul y estaba de pie cerca de una farola. "¿Vives aquí?", me preguntó tímidamente. "Sí", le respondí: "¡Todavía no lo puedo creer!" "Es la casa más hermosa de toda la zona y la más grande. La llamamos la nueva mansión de ciudad." "¿Y cuál es tu nombre?", le pregunté. "Peter", dijo con orgullo. "Yo vivo allá".

De repente, el camión apareció a vuelta de la esquina y se dirigió hacia los caballos. Todos estábamos aterrorizados, sobre todo los dos caballos blancos.

¡Se levantaron, relincharon y golpearon con sus patas en el aire! Los caballos estaban cegados por el miedo y querían huir. Cerca de mí, los cascos se movían en el aire - ¡estaba paralizada por el miedo! De repente, alguien me empujó a un lado y los dos caímos. Fue Peter. Lo había hecho instintivamente.

"Mi hija, mi pobre niña", dijo mi madre. "¿Si por casualidad le hubiera ocurrido algo?"

No lo entendía, pero los dos estábamos ilesos. "Oye, Peter," dije, "Por poco."

"Eso es", dijo él.

Continuará...

Queridos niños, si os ha gustado esta historia, alegraos, porque en la primavera de 1990 la segunda parte se presentará con una nueva aventura de la vida de Rosa. Consulte a su distribuidor de juguetes.

Una nueva sorpresa te espera. Las historias del Diario de Rosa estarán en breve en casetes de audio.


Traducción del "Rosa's Tagebuch 2: El loro Cri-Cri"

(página 1)

Queridos niños,

¿Os acordáis de mí?

Ordenando nuestro, desván hice un gran descubrimiento. ¡En un cofre polvoriento encontré el diario de mi bisabuela!

Se llamaba Rosa (en realidad, Rosalinde). Cuando escribió ese diario, era todavía una niña.

En el cofre, encontré muchas otras cosas extrañas; ropas viejas, un gramófono y muchas fotografías amarillentas. Ya las he mirado todas.

Siempre trato de imaginar cómo era todo entonces. Me imagino las aventuras de Rosa, los personajes, los muebles, la casa… Todo se parece a esas antiguas fotografías.

En el primer cuento, expliqué nuestra mudanza a la nueva casa. Veréis ahora cómo continua. Rosa y Peter, por supuesto, estarán allí de nuevo.

(página 2)

15 de septiembre de 1903

Aún hay cajas de mudanza por todas partes. Los adultos se quejan porque no encuentran nada.

Elsa sigue buscando los cubiertos para la cena. Papa y los trabajadores mueven el piano de un lado a otro, tratando de encontrar el mejor lugar para él. Y mamá sigue ordenando su armario. Todos se quejan, pero yo me encuentro muy cómoda. He construido una casita con las cajas y el biombo de mamá y aquí es donde me encuentro ahora, querido diario; tengo que contarte muchas cosas.

Esta mañana, llamaron a la puerta. "Esto es el colmo"- se quejaba Elsa - "Visitas con este desorden..." Sólo eran Mademoiselle Charlotte, mi institutriz, y un porteador del “Hotel Real” empapado de sudor.

Traía el equipaje “indispensable” de Mademoiselle Charlotte. Sólo consistía en una caja de sombreros… y un loro de carne y hueso.

"Genial", dije, "¡un loro de verdad!"

(página 3)

“¿Cómo se llama?” “Se llama Cri-Cri”- respondió ella con su gracioso acento francés; “porqué no puede mantener su pico cerrado, ¡como tú!” “Nasdarovje he, he, he” - estalló Cri-Cri, el loro, en ese instante.

Todos, incluso el agotado porteador del Hotel, nos miramos. Realmente la risa de Cri-Cri nos había penetrado hasta los huesos.

La gente del alrededor de la calle nos miraba. Empezaron a susurrar y a reír. Mademoiselle Charlotte enrojeció. "¿Por qué se ríen todos?"- pregunté a Elsa, nuestra cocinera. "Oh, pequeña"- sonrió; "Nasdarovje es ruso y quiere decir ¡Salud! Lo dicen antes de beber vodka". "Ruso" - de repente Mademoiselle Charlotte se puso a llorar. "-u, -u, -u" y entró en casa.

(página 4)

Hacía rato que me había dado cuenta que, entre los paseantes, estaba Pedro, el chico de enfrente.

Llevaba el traje de marinero azul e, igual que el día anterior, estaba de pie bajo la farola.

Él me miró. "Rápido"- le dije - "¡Ven Conmigo!" "¿Por qué?"- preguntó él - "Te lo explicaré más tarde, ¡vamos!"

(página 5)

Entramos en casa, subimos las escaleras y allí encontramos a Mademoiselle Charlotte. Estaba sentada en el taburete del piano y lloraba. "¿Qué le pasa; por qué llora?"- le pregunté preocupada. "Porque,  porque,  porque…" - ella tartamudeó - "Cri-Cri... es un... y bebe vodka... y, después, canta indecentemente "." ¿En ruso?" - se me escapó. "En ruso, -u -u –u, sí, sí ; siempre en ruso," – gimoteó - " -u -u -u ".

Peter me apartó. "Tú, Rosa"- dijo - "tengo la sensación de que la señorita no nos dice toda la verdad. ¿De verdad crees que ella estaba molesta solo por el loro? No ha cantado indecentemente.  Él sólo se río. Y, en segundo lugar"- dijo él -"un loro no puede emborracharse él solo de vodka;  ¡alguien se lo tiene que dar! "

"Es cierto" - tuve que admitir - "ni siquiera lo había pensado. ¡Eres un buen detective!" Estaba muy orgullosa de él. "Sabes"- dijo - "Aún hay algo más. Tu institutriz siempre rompe a llorar cuando oye la palabra “ruso”.

"¿Eso crees?"- pregunté.

Uno de los trabajadores de papá subió por las escaleras. Traía a Cri-Cri en su perchero. “Oiga, señora" - dijo con una sonrisa retorciéndose el bigote - "aquí tengo a su amigo con plumas de Rusia".

" -u -u -u "- hizo Mademoiselle Charlotte.

Peter me empujó ligeramente hacia un lado. "¿Ves?"

(página 6)

"Ah, sí" - dijo el trabajador - "que no se me olvide: la cadena dorada probablemente esté rota".

Se refería a unas cadenas que colgaban sueltas a los pies del loro.

Esto le asustó y empezó a revolotear.

Cuando el pájaro se dio cuenta de que la cadena dorada no estaba atada a la barra, gruñó terriblemente; saltó por encima de las teclas del piano -ping, ping, ping-, fue directamente a la cabeza de Mademoiselle Charlotte, arruinando totalmente su peinado, y luego saltó por la ventana –¡ hop! – Se fue.

(página 7)

Salimos corriendo al balcón. El loro voló hacia la izquierda y aterrizó en la farola.

“He, he, he; ¡Nasdarovje, Nasdarovje!” - gritaba con satisfacción.

Peter me cogió de la mano y salió corriendo a la calle.

"Tenemos que bajarle"- dijo, "o volará aún más lejos de aquí". Él trató de subir a la farola.

(página 8)

Faltaba poco para alcanzarlo cuando Cri-Cri salió gritando y volando sobre él, posándose en la cima de la farola. "Así es imposible"- dijo Peter.

"Necesitamos algo para llegar más arriba"

"Pero, ¿qué?"- le pregunté.

"Ya lo tengo"- exclamó.

Se quitó la gorra,  se dio la vuelta, la levantó y miró a Cri-Cri.

"Vodka Vodka" - le convenció - "Mmmm" y señaló  su gorra. “Nasdarovje, he, he”- el pájaro se puso contento.

Peter subió lentamente a la parte superior. "Nasdarovje, la, la, la"- canto Cri-Cri y trató de beber de la chistera. Desde allí, Peter lo cogió, lo sostuvo y se deslizó hasta nosotros.

(página 9)

"Entonces, Pedro"- dijo mi mamá - "eres nuestro salvador. No podemos agradecértelo lo suficiente. Ya he hablado con tus padres y, tan pronto como nos instalemos definitivamente, daremos una gran fiesta para ustedes"

"¿Te gusta el zumo de frambuesa?"- le preguntó nuestra Elsa - "Sí, gracias"- dijo Pedro.

"Bueno, ahora dime de una vez,  ¿por qué conseguiste atrapar al loro atrayéndolo con vodka?" - ella se echó a reír.

"Él es un... un loro ru… ehm... ¡siberiano!"- respondió Pedro, porque no quería hacer llorar de nuevo a Mademoiselle Charlotte.

“¿Un loro siberiano?”- preguntó mamá a Mademoiselle Charlotte.

"Um, sí. ¿Cómo lo puedo explicar señora? Lo tomé en París como un regalo de, uh, mi prometido, el gran duque Vladimir, ¡un oficial muy muy importante de su Majestad el Zar!"

“Ah, ¿usted está prometida?” - preguntó mamá.

“¡Naturalmente! Eso creo, ¡ya no lo sé! Saben, desapareció"- soltó ella - "desaparecido; tragado por la tierra. Hace casi un año, me escribió una última carta. Dijo que estaría un tiempo viajando y el loro aún le recuerda de haber estado tanto tiempo con él.

(página 10)

“Por lo tanto, ¿él sólo habla... ruso?" - preguntó mi mamá.

Todos nosotros miramos a Mademoiselle Charlotte. " -u -u -u " - sollozó, sacando su pañuelo.

"Me temo que la pobre está enferma de amor"- dijo mamá.

"¡Nasdarovje!" graznó Cri-Cri, el loro.


Continuará...

Queridos niños, si os ha gustado esta historia, podéis estar contentos ya que pronto aparecerá la tercera parte, con nuevas aventuras en la vida de Rosa. Preguntad en vuestra tienda de juguetes.